martes, 3 de marzo de 2015

LLORA UN CIELO

Macilenta cae la tarde
tras la subida al Calvario
blanca enlutan la pena cobarde
y capa negra como agravio.

Interminables luces vislumbrando
la Fe del eterno horizonte
un Dios viene expirando
de lirio, va tupido su monte.

¿Quién no encuentra refugio,
bajo esos brazos abiertos.
Quién no recibe futuro
de ese, su último aliento?

Mirando al Altísimo y sin miedo
por nuestro perdón con tanta humildad
es normal que a veces el cielo
no se aguante las ganas de llorar. (PLK)

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